Apostar por una agricultura comprometida y respetuosa con los procesos y ciclos de la Naturaleza dejando a un lado la agricultura que fuerza la vida y genera progresivos desequilibrios biológicos y ecológicos.
La agricultura ecológica también llamada orgánica o biológica, es un sistema agrícola que consiste en recurrir a técnicas de producción sostenible con el fin de gestionar el mantenimiento del ecosistema.
Se basa en la utilización óptima y sostenible de recursos naturales locales, lo que nos lleva a incrementar la fertilidad del suelo a largo plazo y evitar la propagación de plagas y enfermedades. Elimina la utilización de plaguicidas y fungicidas sintéticos, medicamentos veterinarios químicos alopáticos, semillas y especies modificadas genéticamente, conservadores, aditivos e irradiación.
Objetivos a conseguir con la agricultura ecológica; Codex Alimentarius (Organismo internacional que establece normas para todos los alimentos):
Aumentar la diversidad biológica del sistema en su conjunto. Incrementar la actividad biológica del suelo. Mantener la fertilidad del suelo a largo plazo. Reutilizar los desechos de origen vegetal y animal a fin de devolver nutrientes a la tierra, reduciendo al mínimo el empleo de recursos no renovables. Basarse en recursos renovables y en sistemas agrícolas organizados localmente. Promover un uso saludable del suelo, el agua y el aire, y reducir al mínimo todas las formas de contaminación de estos elementos que pueden resultar de las prácticas agrícolas. Manipular los productos agrícolas haciendo hincapié en el uso de métodos de elaboración cuidadoso, a efectos de mantener la integridad orgánica y las cualidades vitales del producto en todas las etapas. Establecer en cualquier finca existente a través de un periodo de conversión cuya duración adecuada dependerá de factores específicos para cada lugar, como la historia de la tierra y el tipo de cultivos y ganado que hayan de producirse.